3. Pero al salmista le interesa sobre todo el otro retrato, en el que desea reflejarse: el del hombre que investigación el rostro de Dios (cf.Incorporar los Salmos en tu rutina diaria puede ser tan simple como entregarse unos minutos cada mañana para leer uno o dos de ellos. Puedes leerlos en voz alta para reforzar sus palabras y conectar con